Entrevista con el psicólogo criminalista Jorge Jiménez Serrano

De cara al Curso Intensivo de Psicología Criminalista que se celebran los próximos días 03 y 04 de junio, nuestro Encargado de Prensa, Fernando Lamas, ha tenido la oportunidad de entrevistar a D. Jorge Jiménez Serrano, el docente del curso.

Jorge Jiménez Serrano es un reputado psicólogo criminalista y analista criminal por el UniversityCollege de Londres, además de experto en psicopatología criminal y forense por el Mental Health, Law and PolicyInstitute de Canadá.

Pregunta – En pocas palabras, ¿qué son la Psicología Criminalista y el análisis de conducta y en qué se diferencia la labor del psicólogo de la de otros profesionales con interés en el área, como los criminólogos?

Respuesta – La Psicología Criminalista sería el apoyo de los conocimientos, técnicas y estrategias de la Psicología a la operativa policial, al trabajo policial, principalmente a lo que se conoce como Investigación criminal. Es decir, cómo un psicólogo, con lo que sabe de psicología y de análisis de conducta, puede ayudar a los policías en la investigación y operativa de un delito.

El psicólogo en un experto en comportamiento, en cómo se desarrolla, aprende, modula y se refleja una conducta, en este caso una conducta anormal o antisocial como puede ser un delito. Esta aportación puede ser de gran valor para entender por qué se produce el delito y cómo es la persona que lo comete.

P – Gran parte de su formación tiene lugar en el extranjero, ¿cómo llega un estudiante de Psicología a plantearse la especialización en análisis de conducta y qué le lleva a salir de España en busca de ese conocimiento?

R – A mí me ha gustado siempre la Criminología y su vertiente psicológica, el estudio del comportamiento criminal. En España este es aún un ámbito en desarrollo, por lo que hace años tuve que tratar de formarme con expertos de otros países donde este campo está más evolucionado.

P – En los últimos años, en parte gracias a la atención recibida por la Psicología Criminalista desde Hollywood a través series como “Miénteme”, “El Mentalista”, “Mindhunters” o “Mentes Criminales”, el análisis de conducta y la perfilación criminal se han popularizado mucho, llegando a generarse tópicos o mitificarse la labor de los profesionales dedicados a la perfilación, la detección de la mentira o la investigación de crímenes particularmente violentos. Más allá de estas ficciones más o menos precisas, ¿cómo es el día a día de un profesional del análisis de conducta?

R – Pues un analista de conducta o un perfilador no deja de ser un científico que analiza datos, en este caso conductas. No tiene superpoderes, ni sextos sentidos, ni capacidades extrasensoriales. Más allá de la mítica imagen de Sherlock Holmes como un superdotado, el perfilador es simplemente un experto en análisis de conducta criminal que trata de aportar a la investigación aportando información sobre cómo, por qué y quién ha realizado determinado crimen. Trabaja no desde la especulación, la imaginación o la creatividad, sino desde el método científico, la contrastación de hipótesis y la lógica analítica.

P – ¿Cree que este tipo de contenidos de ficción hacen bien a la promoción de la disciplina, o que las expectativas que generan son en exceso irreales?
Generan interés y promocionan este ámbito de estudio, algo que resulta positivo para que haya gente que quiera conocer y desarrollarse en este mundo. Sin embargo, también es verdad que hace que se acerque gente interesada solo en la parte más de ficción e irreal, apasionada por el personaje y no por el campo de estudio. En el ámbito profesional, esta ficción sí ha generado cierto descrédito y desconfianza, ya que se consideraba algo poco riguroso o serio, imagen que poco a poco va cambiando. La mayoría de las Policías de muchos países ven hoy en día este ámbito como un apoyo fundamental en su trabajo cotidiano, realizado por expertos, como ocurre en otros ámbitos forenses como la medicina o la biología.

P – ¿En qué medida el conocimiento preciso de las herramientas de perfilación y análisis de conducta es capaz de facilitar la detección de una mentira o la obtención de información relevante para una investigación?

R – Bueno, hablar de mentira o verdad es algo muy pretencioso. Hoy en día no existe ninguna máquina de la verdad, por mucho que nos quieran vender algunos aparatos que se describen como tal. Lo que se puede hacer es analizar la veracidad o la credibilidad de una determinada declaración o de una información que se nos facilita. Generalmente, la persona que miente a la policía lo hace de forma consciente y eso que dice y cómo lo dice puede analizarse para ver si resulta más o menos veraz o creíble. Comprobar si su lenguaje verbal es o no compatible con su lenguaje no verbal o si hay evidencias contrastables que prueben lo que dice, pueden ser elementos que nos ayuden a saber si la persona puede estar mintiendo.

Por otro lado, analizar cómo se ha comportado un criminal en la escena del crimen, nos puede ayudar a saber cómo puede ser esta persona, lo que a su vez puede ayudar a los investigadores a buscar o rastrear al autor de dicho delito.

P – ¿Qué cualidades son deseables en una persona interesada en desarrollar sus conocimientos y habilidades en análisis de conducta?

R – Principalmente cualidades analíticas, como he dicho antes no nos basamos en la intuición, en la especulación o la invención, analizamos datos y obtenemos información de ellos. El ámbito en el que se mueve esta técnica, el criminal, también implica que la persona pueda enfrentarse cara a cara con lo peor del ser humano, ya que cuando hablo de datos generalmente me refiero a sangre, heridas, dolor, víctimas…

P – ¿Cómo puede ayudar el conocimiento en análisis de conducta a la labor diaria de un policía o un guardia civil?

R – El apoyo a los cuerpos policiales se relaciona principalmente con la operativa de una investigación criminal, cuando hay que tratar de aportar información respecto a cómo puede ser el autor de un determinado crimen. También puede participar en el apoyo de entrevistas de investigación, cómo obtener información en cantidad y calidad. En situaciones de crisis, intentos de suicidios o toma de rehenes, el Psicólogo Criminalista también puede ayudar apoyando las labores de negociación y perfilación de las personas implicadas. Al final, el psicólogo criminalista es un experto en conducta y en personas, y la Policía se dedica principalmente a trabajar con personas y a analizar su conducta antinormativa.

P – Más allá de los miembros de las FFCCSE, ¿qué profesionales considera que podrían verse beneficiados de desarrollar sus conocimientos en esta materia y por qué?

Es interesante también el campo pericial y de administración de Justicia. Como cualquier otro experto, el Psicólogo Criminalista puede ayudar a la administración de Justicia mediante la realización de dictámenes e informes periciales que versen sobre el comportamiento criminal. Explicar si una determinada persona ha podido o realizar el delito enjuiciado, si se ajusta al perfil criminal, si puede estar o no relacionado con otros delitos en función de cómo se ha comportado, si su modus operandi puede relacionarse con algún aspecto que afecte a su imputabilidad o analizar la credibilidad de un testimonio pueden ser ejemplos de actuaciones periciales de un Psicólogo Criminalista.

P – ¿Cuál es la situación más difícil o más emocionalmente desafiante que ha tenido que afrontar desde que desarrolla su actividad profesional?

R – Como comentaba antes, este ámbito te pone cara a cara con la maldad humana, con la violencia ejercida contra los semejantes de las formas más aberrantes y crueles, por lo que es necesario se empático con la víctima y la situación, pero a la vez tener la suficiente lejanía emocional como para que no pueda afectar al desarrollo del trabajo.

P – Pese a que la conducta criminal es muy variada y sus causas son diversas, si tuviera que preparar un cóctel bio-psico-social para obtener una persona violenta, ¿cuáles serían los ingredientes fundamentales?

R – A nivel biológico, se han identificado ciertas anormalidades en lóbulo prefrontal asociadas con determinados comportamientos violentos y acciones conductuales muy relacionadas con las actuaciones delictivas. Desde el punto de vista psicológico, posiblemente la falta de empatía o la incapacidad para gestionar problemas pueden ser elementos relacionados con las personas violentas. A nivel social, la permisividad o normalización del uso de la violencia es un factor crucial en el desarrollo de personas violentas.

P – Teniendo en cuenta circunstancias como el impacto de internet sobre los jóvenes (concretamente sobre sus dinámicas de relación, su percepción de la violencia, o sus expectativas), y atendiendo a noticias recientes como el incremento de la violencia de género entre adolescentes o el aumento de las agresiones filio-parentales (llegando incluso al asesinato) ¿considera que nos dirigimos hacia una sociedad más violenta y deshumanizada?
Bueno, considero que las sociedades no son violentas, lo que son violentas son las personas. Hoy en día somos más altruistas y compasivos que hace siglos, tenemos una mayor conciencia de humanidad y somos más capaces de empatizar con el dolor no solo de otras personas, sino también de animales o de la propia naturaleza. Posiblemente este aumento de la sensibilidad nos hace rechazar y acentuar con mayor nivel los casos de violencia que aparecen en nuestra sociedad actual. Creo que es necesario mejorar algunas cosas con nuestros jóvenes, pero también pienso que no hay que ser pesimistas.

P – ¿Cuáles cree que son los grandes desafíos que deberán afrontar las próximas generaciones de psicólogos criminalistas españoles a la hora de hacerse un hueco en el mundo profesional?

R – En España la Psicología Criminalista es una disciplina aun en desarrollo. Frente a otras áreas de la Psicología más evolucionadas y desarrolladas, esta subdisciplina de la Psicología Jurídicas es aún muy desconocida, es posible que muchos psicólogos ni siquiera hayan oído hablar de ella. Por tanto, queda mucho por hacer y esto es realmente lo interesante.